En verano la mayoría de los españoles aprovecha para tomarse unas merecidas vacaciones y desconectar no solo del trabajo, sino también del calor, viajando a zonas de costa o montaña. No es ninguna novedad que el calor excesivo reduce la productividad en el trabajo y por eso la época estival es la más indicada para las empresas y administraciones públicas para que sus empleados se tomen sus vacaciones.
Y es que irse de vacaciones es necesario para recuperar nuestra estabilidad y tranquilidad mental y corporal, pero no todo el mundo consigue alcanzar este grado de desconexión. Es muy habitual oír hablar del término “síndrome postvacacional”, que engloba ese estrés e intranquilidad que supone el volver de las vacaciones y tener que reacostumbrarse rápidamente a la rutina, a volver a trabajar y, en definitiva, a agobiarse. Pero cada vez más empieza a escucharse este otro término: “síndrome prevacacional”.
Agobiarse antes de irse de vacaciones, y no a la vuelta
Cuando se acerca la fecha de irse de vacaciones de verano, nos entra el agobio porque hay que dejarlo todo bien atado en el trabajo. Si no es así, es probable que acabemos notando estrés durante las vacaciones y terminemos por estar pendientes del móvil, del correo electrónico, de contestar a la oficina, etc. A veces incluso parece que no puedes confiar en ningún compañero de trabajo porque nadie hará bien tu trabajo como tú en tu ausencia. Esa intranquilidad por lo que pueda llegar a pasar en el trabajo mientras no estamos, junto con el calor propio del verano, la falta de descanso y los “atracones” de trabajo previos a las vacaciones, pueden hacer que nos sintamos realmente mal, tanto anímicamente como físicamente. De hecho, estos “atracones” los días de antes de marcharnos pueden hacer que comencemos nuestras vacaciones de la peor forma: enfermos debido a una bajada generalizada de nuestras defensas.
Para reducir al máximo este estrés derivado del síndrome prevacacional, te damos algunas pautas:
· Planificar las últimas semanas de trabajo antes de las vacaciones.
· Priorizar y dejar terminado lo que más urgencia haya por entregar.
· Delegar parte del trabajo en tus compañeros para que se encarguen ellos mientras tú no estás.
Si es necesario, es recomendable incluso dejar parte de tu tiempo prevacacional a tener una reunión con las personas que te va a cubrir y explicarles bien todo y establecer protocolos de actuación en caso de emergencias. Pero sobre todo hay que mentalizarse de que hay que desconectar, porque es importante tanto para la mente como para el cuerpo. Es necesario ignorar el móvil, los grupos de chat del trabajo y los emails para aprovechar al máximo los días de descanso.